¿Cerebro o Corazón?

Integra ambos.


Pediré un cerebro en lugar de un corazón”, dijo el Espantapájaros, “porque un tonto no sabría qué hacer con un corazón, incluso si tuviera uno”.

“Tomaré el corazón”, respondió el hombre de lata, “porque la inteligencia no hace feliz a una persona, y la felicidad es lo más hermoso del mundo”.

– El Mago de Oz


Desde pequeños nos programan e incluso nos dividen.

Nos llevan a elegir entre tu corazón y tu cerebro.

Como si ambos no formasen un todo, parte importante de nuestro ser humano.

Como si fuera verdad que debemos elegir entre uno y otro haciendo desde el comienzo de nuestro aprendizaje que seamos duales. Y así dividiendo nuestra esencia empujándonos a que tomemos bandos, por uno o por otro.

Como el Espantapájaros sin darle valor a su corazón y eligiendo el cerebro.

Pensando en este caso, que si no tuviera inteligencia no sabría qué hacer en la vida y pasando por alto que sin corazón no podrá llegar a usar su cerebro. Ya que justamente es el corazón el encargado de bombear la sangre que lo mantiene vivo.

Dejando así de lado. Justamente ese lugar sagrado donde habitan nuestras emociones y deseos. Donde nuestro Ser de luz habita.


¿Qué pasaría al cerebro si el corazón no estuviese? Moriría.

Por esta razón y sin darse cuenta el Espantapájaros está sentenciándose a una muerte segura.

¿Y el hombre de Lata?

Este le da todo el valor al corazón sin darle valor a su cerebro pensando que al carecer de este órgano podrá ser más fácil manejarse desde el corazón. Dejando así todo su ser a merced de las emociones. Las cuales muchas veces ni siquiera son reales. A veces son creadas incluso por el hecho de carecer de un cerebro que permita razonar, aprender, y que es quien controla justamente el latido de tu corazón. ¿Qué haría el corazón sin la presencia de cerebro? No sobreviviría. De esta forma y sin saberlo quizás incluso por falta de cerebro el Hombre de Lata está sentenciándose a la muerte segura también.


En ambos casos no llegarán ni a ser felices, ni tampoco a ser inteligentes. Su falsa creencia de que uno es más importante que el otro los lleva al abismo de la muerte.

Así mismo es como todos nosotros estamos programados en la vida. Dejándonos muchas veces llevar por las emociones, en busca de una alegría que fue adquirida en nuestras vidas desde la creencia de otro. Que consideró que un suceso determinado significa alegría y felicidad. Careciendo de la inteligencia para poder evaluar en nuestra vida si ese suceso, es realmente para nosotros una razón para que llegue la felicidad y la alegría a nuestra vida.


Y de igual forma otros van por la vida dejándose llevar por su cerebro (inteligencia). Sin tener idea hacia donde se dirigen muchas veces, ya que carecen de emociones pues han aprendido a avanzar en la vida sin saber cuál es el rumbo real.

“Seguros” de que saben lo que hacen, pero carentes de emocionalidad. Lo que los hace ser insensibles, carentes de sueños y fantasía. Desconociendo así la felicidad y la alegría.


En ambos casos hay una cadena que los amarra y no los deja llegar a ser ese ser humano que anhelan ser. Ese que desea pensar de manera inteligente, y ser emocionalmente feliz.

Porque la felicidad se comprende, se halla y se vive. Cuando integras cerebro y corazón en ti.


Cuando comprendes de dónde vienen esas cadenas emocionales y con inteligencia trabajas amorosamente en romperlas y ser finalmente un ser humano libre.

Allí en ese momento comienzas a conocer la alegría de vivir. Algo que jamás habías experimentado; y es ahí en ese momento cuando ambos se hacen uno y por fin eres quien siempre has sido nuevamente. Un ser único sin dualidad, totalmente integrado. Y comprendes que jamás morirás, que eres eterno. Porque es tu alma la que aflora ahora y ella es eterna, única y llena de sabiduría y amor universal.


Gracias por estar, los quiero mucho y por un mundo mejor. ¡Siempre!

Namasté.


Gabriela Centurión

Hipnoterapeuta Certificada, Lectora de Registros Akáshicos y Escritora.